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Un lobo con ropaje de perro

De Alameda del turco andaluz

¿Por qué es tan especial el perro? ¿Qué existe en su personalidad que lo ha distinguido entre las cuatro mil doscientas treinta y seis especies de mamíferos no humanos y ha hecho que se convierta en el más íntimo compañero del hombre?. La respuesta puede resultar perturbadora para algunas personas; en realidad, "el mejor amigo del hombre" es un lobo con ropaje de perro. Y es la personalidad del lobo lo que constituye la clave para comprender nuestros fuertes lazos con el perro.

Antiguo contrato

Chico del Trobal

En el conjunto de la historia humana sólo dos clases de animales han tenido la libertad para entrar en nuestros hogares: el gato y el perro; y se les ha permitido errar de habitación en habitación e ir y venir a su antojo. Tenemos con ellos una relación especial, un antiguo contrato con unas cláusulas acordadas y muy bien especificadas.
Por desgracia esas cláusulas han sido a menudo rotas y casi siempre por nosotros. Gatos y perros son más leales, fiables y dignos de confianza que los seres humanos.

PERROS RABICORTOS

Los íberos y celtíberos conocían las cualidades de estos perros para la caza y para la pesca, y para correr por la montaña (al batir al unísono con las patas traseras) Las orejas y la cara del perro suele ser bicolor, este es así porque en la distancia un conejo u otra presa potencial, de noche, pensaría que lo que ve son unos conejos reunidos, o algo pequeño y al no ver los ojos brillar, el acercamiento es progresivo al roedor: vean como se arrastra con las patas traseras echadas para atrás y las manos delanteras estiradas (simple adaptación al medio) La relación con los conejos es tal qu

TIERRA DE CONEJOS

Peñarrubia

Los fenicios, pueblos comerciantes, llegaron a España, a la que llamaron "TIERRA DE CONEJOS", por la abundancia ingente de estos roedores orejudos; pues bien, la alimentación básica del perro de  agua era el conejo.

Para la caza de liebres los íberos y celtíberos utilizaban el galgo español, pero en terrenos montañosos y matorrales, donde la efectividad del galgo era menor, y en terrenos acuosos se implantó la caza con el perro de aguas. El perro de aguas sigue el rastro de un conejo, hoy en día, sin desfallecer y sin importarle que haya matorrales o dificultades del terreno.

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