En Ubrique los días 3 y 4 de abril de 2010 ha tenido lugar la XXV monográfica del perro de agua español que organiza la aepae.
Si desafortunada ha sido la fecha elegida, en plena Semana Santa, no menos desafortunado ha sido el lugar, un salón de bodas con tres buenas columnas en el mismo centro del ring que no sólo deslucían la magna celebración sino que eran ciertamente peligrosas para la integridad física de los participantes.
Un alto número de ejemplares inscritos "no ring" y un gran número de perros locales de relleno, desmerecieron y alargaron una celebración que para muchos terminó antes de tiempo marchando de regreso para casa sin esperar a las finales.
La dictadura que impone la directiva de la aepae a la hora de organizar las monográficas, donde la participación del socio es nula, donde hay dudas, falta de transparencia, donde la falta de respeto al participante está a la orden del día, da lugar a que finalmente la gente cansada de tanto aguantar explote con frases mal sonantes como algunas que se oyeron y que por supuesto no comparto.
No estoy de acuerdo con el expositor que se dirigió a la mesa y al presidente dando voces y hablando de "pucherazo", no estoy de acuerdo con los señores que hablaban de "tongo", no estoy de acuerdo con el señor que montó el pollo porque no le confirmaron a su perro.
Lo que ocurre es que al señor expositor, no se le explica nada, y piensa lo peor. No soy nadie para decir que los juicios no hayan sido correctos, respeto y acepto la decisión de los jueces que creo que en general lo hicieron lo mejor que pudieron; pero al expositor le gusta saber quién elige a los jueces, por qué se le da a un juez novel, que su primer juicio de CAC sea en una Monográfica, por qué a un juez experto se le da clase cachorros y jóvenes. Estas cosas son la que los expositores no terminan de comprender. Si a esto le unimos que los expositores más beneficiados son los más próximos por relaciones personales y de vecindad con algunos jueces, pues esto sí mosquea al personal, y repito, no tengo la menor duda de que los jueces han actuado con total honestidad y personalmente les felicito por su labor. Ellos no tienen la culpa.
